MITADES
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SOLEDUMBRE
El mar
es un indomado solitario. |
Una sólita tripulación comanda
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Sobrecogida Inquietud
Seducido por el rostro de unos niños vagabundos pasajeros de las calles mi Dios se ha dormido nuevamente en la migaja cóncava del hambre.
Ayer dormía, en la hojarasca exangüe se dejó extraviada la mirada tenue porque la -imagen de su semejanza- precipitó la equidad en ignominia. |
No quiero que mi Dios sin derrotero ambule en desvarío este vía crucis o en intención de atraco y revancha lo maten por haber creado al Hombre.
Por favor, que informen de inmediato si entre la muchedumbre está perdido o tal vez ultrajado hasta el repudio en la disculpa nos aproxime a todos. |
SUSPENSIÓN
El mercurio del dolor -hoy- hizo cúspide impensada. El Santo de los Santos, ha llorado por los hombres. El Universo quedó estático, abismado, silente. Nunca los Ángeles plegaron al unísono las alas, ni enmudeció la armonía rotativa de los astros. Las sublimes lágrimas rezumaron la energía cósmica.
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Confuso itinerario de un deseo
¿Deseas escuchar cantar a los dioses? Deberá el soberanos de las disciplinas -perfeccionarte como timonel estoico- en el dominio universal de travesís.
Después, Bordear en arenal de tornados furiosos Una marea dislocada del mortífero caos “robusteciendo valeroso en lo factible la astillada fragilidad de tu especie”.
Por supuesto, Si consiguieras comparecer puntual Con el juicio de realidad intacto, Al declive solar del burbujeo volcánico Donde los dragones magnetizan el Cosmos: No respires, es altura por fuego bendita.
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Luego, Erige compostura al exaltar júbilo Pues en victoria de virtudes Te deleitarán finalmente Las divinidades esquivas.
Pero urge conocer entes del confuso itinerario Personas que llevan la humanidad en sí mismas. Que en cotidiana sencillez extienden su tarea Con el anhelo de entrga sensible, fraterna, y Cada atardecer escuchan sin viajes peligrosos Cantar a los dioses en sus pequeños jardines.
Leído en las escuelas a modo de apertura de la “Difusión de autores nacionales y extranjeros” – ciclo lectivo 2003.
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Autorretrato
Examino aprehendida
La copia del espejo.
¡Inspecciono!
-Veo-
Vacíos en liberación
Flancos y encierros.
(Es acuciante
-sacar voz-
figura plana).
Paloma del alba
Te leo sólo en palabras Pero hay lícitas letras Que repican el trayecto Al blanquecino albergue De tu ilegible aposento.
Mi voz, sin embargo brega Con desposeídos vocablos; Y te merodea rastrillando En los yermos hostigados Del desacierto continuo. |
Por corporizarte debaten Parlamentos consternados -pero quimera eres, PAZ- esquiva Paloma del Alba. Te leo con velo de culto Únicamente en plegarias.
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En proximidad…
Solíamos quedarnos por las noches Computando estrellas descolgadas.
Del magno precepto de los cielos, Suicidas aerolitos, descartábamos cumpliendo el sagrado compromiso De adicionar caídas deslumbradas.
(Hoy no estás y yo, ya me estoy yendo a sumar contigo luminarias) |
INVITATORIO
Siéntate conmigo al corte del precipicio
aquí, en el molde contumaz del insomnio,
enmarcaré compendiosamente con signatura
los memorándum de resistencias anónimas,
que en el palmar con parábolas declinan.
De los que en dispendioso ministerio
conmiseración intermitente, profesan
pesadumbre, introspección, miserere.
De los que en lobreguez de autistas
apercibidos evangelarios corroboran
-exaltación dementada y amedrantos-
(Deportados por deslenguados elementos
en tentación de Poesía, sobreviven...)
Del libro “Informes estelarios”
Otro Movimiento
Muerte
no es cadáver,
caballo lóbrego
cárdeno cuervo.
Es desconexo
física rendición
-antropomorfa-
Paliativo
del engranaje
celular, gastado.
Barro
recuperando barro
-otro movimiento-
EL MÓVIL DIARIO
Es una masa oscura en penumbra conturbada
que por la faz del cerro trepa raudamente
despeñando oblicuo, pedregullo dubitante.
De vez en cuando supera matorrales
-con inminente, repentino brinco-
de fiera experta en riesgo y pugna.
Ya en ápice, oteando la estampida
desgaja al sosiego en un gruñido;
pero el abalanzarse felino de la bestia
no es más que el móvil diario de la vida
en los encaramados vaivenes del acecho.
(Es la Realidad el Jaguar negro
con embestida de salvaje garra)
Mujer de octubre A mi madre
Para pensarte, consagro las palabras en el remanso suave, huida de las nubes en la palidez definida de la escarcha.
No me alcanzan los esmaltes del guijarro ni las alforjas del sol -ya diseñadas- en los pliegues de los azahares blancos.
¡Ay! Labradora de mieses, deslumbrada -si no vuelves- en los desvelos de mis aguas saladas renacerán viejos moldes, cavidades extrañas. |
Sigilosa orientación, para rastrearte cierro los ojos -digresión sancionada- sospecho arenas por Zeus azucaradas.
Te percibo creciendo niña de mimbre en los surcos de las obsesiones -no es nave dormida mi silente garganta- y enlaza la proa de tus cabellos malva.
Quizás si te invocara ininterrumpidamente con la fuerza que conjugan las anclas de mis labios, las venas te regresen. |
Voz
Está callada…
Como el gañir en sueño
Trova del incoar-albur
Sin notas, aventajada.
Carmen Hebe Tanco