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Centro Cubano de España
Año 2004 |
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Escudos
El Escudo de Armas de la Republica de Cuba
( Segundo símbolo patrio de Cuba )
- 1849 -
El escudo de armas de CUBA, fue invención del patriota
cubano, nacido en Matanzas, provincia occidental de CUBA, Miguel Teurbe Tolón en
1849. El General Narciso López jefe del Gobierno Provisional de CUBA, lo adoptó
utilizándolo para sellar los despachos y bonos emitidos durante los años 1850 y
1851.
Inicialmente el escudo cubano aportó elementos que más
tarde fueron suprimidos por no considerarlos ajustables a los ideales del
momento.
El 21 de abril de 1906: don Tomás Estrada Palma, ( primer
presidente constitucional de Cuba ) a través de un Decreto, determinó cómo sería
el segundo de los símbolos nacionales, el que a través de los anales de la
historia, recordará siempre las glorias de ayer y la consagración de los grandes
esfuerzas.
Este escudo tiene la forma de una adarga ojival, y está
dividido hacia los dos tercios de su altura donde lo remata una línea
horizontal. En su parte superior, la principal, se observa un mar a cuyos lados
se ven dos porciones terrestres y una llave central con su palanca hacia abajo.
Estos elementos simbolizan la importancia geográfica y política de CUBA. La
llave representa la entrada del Golfo de México y las significaciones terrestres
son de izquierda a derecha, el Cabo Sable en la Florida y el Cabo Catoche en
México. Al fondo, el sol aparece semi-hundido en el horizonte, denotando su
calor tropical.
El cuartel inferior izquierdo, representa la división de
la Isla, o sea los Departamentos en que estaba dividida en esos momentos,
representándolos con tres franjas azul turquí. Dos blancas, que exponen la
pureza de sus patriotas, intercaladas entre las tres azules, cierran el
contenido del compartimiento.
En el cuartel inferior derecho se yergue una palma real
como símbolo de la lozanía y fertilidad de su privilegiado suelo, así como
haciendo la exposición de que ha sido el más útil de los árboles a través de la
historia de dicho país. Al fondo, en su retaguardia, aparecen dos montañas. Y
ligeros celajes enmarcan el paisaje.
A manera de soporte, un haz de varas, asomado por debajo
del vértice de la ojiva y aparecido después por la parte superior y central del
eje del escudo, aparece un gorro frigio en el que se incrusta una estrella
pentagonal. El haz de leñas indica la unión de los cubanos; la estrella, la
máxima expresión de libertad.
Y termina la ornamentación del escudo, siempre visto de
frente, de izquierda a derecha, con una rama de encina, que representa la paz, y
otra de laurel, que representa la victoria ladeando el contorno del mismo.
El escudo, nacido, conjuntamente con la República, como ya
hemos dicho, fue ratificado por la Constitución de 1940. Su diseño original se
debió al patriota ya mencionado, Miguel Teurbe Tolón, salvo pequeñas
modificaciones. Fue él, el que plásticamente, nutrido de impulsos patrióticos,
diseñó un escudo para llevarlo primero en la vanguardia de un gesto hidalgo en
una belicosa actitud, y más tarde en el estreno de la República.
Pinar del Río |
La Habana |
Matanzas |
Las Villas |
Camagüey |
Oriente |
Mariposa, Flor nacional
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La mariposa
(flor nacional de Cuba)
Esta es la flor nacional
de Cuba, la mariposa:
blanca cual nieve, sedosa,
fresca, pura, natural.
Es su exquisita fragancia
casto incienso en los altares,
que dulcifica pesares
y afirma las esperanzas.
Y es el emblema de amor
al beso de una promesa.
Se marchita de tristeza
por destino de ser flor.
Inés del Castillo
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Junto a los Símbolos de la
Nación, Cuba posee otros atributos que la distinguen y diferencian del resto de
las naciones del mundo y, aunque no con el carácter oficial que les concede la
ley a los primeros, son también genuinos representantes de la cubanía:
La Flor Nacional:
La Mariposa, cuyo nombre científico es Hedychium Coronarium Koenig, de la
familia de las Zingiberáceas (alpináceas),
al igual que el jengibre, la
colonia, el ave del paraíso y el lirio misterioso de los Alpes, entre otras
flores.
Esta familia de plantas engloba unos 50 géneros y 1.300 especies de distribución
tropical, sobre todo en los países de Extremo Oriente. Las flores, complicadas e
irregulares, tienen un estambre fértil y un labelo vistoso por lo general,
formado por dos o tres estaminoides estériles. Las plantas de esta familia se
cultivan mucho en los trópicos por sus flores vistosas y los útiles productos
que se extraen de ellas, sobre todo del rizoma. Se destacan entre tales
productos el jengibre, usado como especia culinaria, el arrurruz de la India, un
almidón comestible, y la cúrcuma, importante ingrediente del curry en polvo.
La Mariposa Blanca es una planta que alcanza aproximadamente un metro de altura
y su mejor ambiente natural es un lugar ligeramente húmedo y sombreado. Sus
flores, bellísimas y blancas, se destacan por la intensidad del perfume, la
delicadeza de sus pétalos y lo inmaculado de su color. Florece abundantemente en
los meses de lluvia y se reproduce por rizomas directamente plantados en el
terreno.
En 1936, Cuba recibió una invitación del Jardín de la Paz, de la ciudad de La
Plata, Argentina, para que -al igual que el resto de los países del Continente-,
enviara su Flor Simbólica Nacional.
Como en esa época todavía en nuestro país no se había elegido la flor que nos
representara, se designó una Comisión para estudiar y determinar cuál sería esa
flor.
El prestigioso sabio naturalista cubano Dr. Juan Tomas Roig, integró entre otros
esa Comisión.
Los naturalistas
analizaron y discutieron las características de diversas flores como el Jacinto
de Agua, el Galán de Noche, el Lirio de San Juan y la Mariposa Blanca, y
entonces eligieron esta última para representarnos en el evento argentino.
Para la selección se tomaron en cuenta los siguientes elementos:
-
Su corona, extraordinariamente blanca, simbolizaba “el amor que los cubanos
sienten por la paz”.
-
Las flores, naciendo juntas en la misma espiga, recuerdan, al igual que los
haces de leña de nuestro escudo, que en la unión está la fuerza.
-
Sus pétalos, parecidos a las alas del insecto del cual tomó su nombre, son
tres y representan las tres franjas azules de nuestra bandera y de nuestro
escudo.
Los miembros de la Comisión, señalaron igualmente que la perfumada y
sutil flor, aunque no es originaria de Cuba,
sino de Asia, se ha adaptado maravillosamente al
suelo cubano y crece
espontáneamente en todo el país, siendo un hecho que ya en 1862, en el
Diccionario de Voces Cubanas de Pichardo, se menciona la Mariposa Blanca”.
Así
quedó aprobada la Mariposa Blanca como nuestra Flor Nacional, representando a
Cuba por primera vez en el Jardín de la Paz, inaugurado en La Plata, Argentina,
el 19 de noviembre de 1936.
La
historia recoge muchas referencias de cómo a las mujeres cubanas les gustaba
adornar el hogar con estas hermosas flores y también que las prendían como
adorno en sus cabellos o en sus pechos, llegando a ser, como la cinta azul,
distintivo de legítima cubanía en tiempos de nuestras primeras gestas
emancipadoras. Igualmente, adornó a muchas novias cubanas y se popularizó en
cuadros y pinturas.
Otra
muestra de la popularidad de las mariposas es que las mujeres de nuestros
mambises, que los acompañaron en las Guerras de Independencia, las usaban para
aromatizar los campamentos de los insurrectos y para engalanar sus vestidos y
cabellos.
EL TOCORORO
(Pájaro
Nacional de Cuba)
Símbolo de la patria. Venerado
desde los tiempos de
la noble gesta,
cuando la sangre,
con viril protesta,
tiñó los campos. El
apostolado
curtió la vida del mambí abnegado
y fue su suelo una
solemne fiesta.
Y entonces una joya
como ésta
disfrutó de su
gloria y su legado.
Su
plumaje brillaba con un brillo
de color de lucero.
Como anillo
lijado al temple
magistral del oro...
y
en verde, rojo, y en azul y gualda
volaba con sus
plumas de esmeralda
por los montes de
Cuba: el Tocororo.
Francisco Henríquez
El Tocororo, ave nacional de Cuba
republicana porque su plumaje blanco, azul y rojo simboliza los colores de
nuestra bandera y porque nació para ser libre (muere si lo encierran)
El
Tocororo, cuyo nombre científico es Priotelus Temnurus, del orden Trogoniformes
y perteneciente a la familia Trogodinae., No es exclusivo de Cuba como se creía,
sino que también vive en Venezuela. Llamado por los aborígenes cubanos "guatini"
-nombre que continúa dándosele en algunas de las provincias orientales- habita
en todo el país en lugares boscosos, preferentemente de montaña.
Es el ave nacional por dos motivos: su
espléndido plumaje de vivos colores y por su resistencia al cautiverio.
Considerado como el ave más bella de Cuba, parte de su plumaje en verde recuerda
los campos, su pecho de plumas blancas, su vientre de plumaje rojo y las plumas
azules de su cabeza completan el claro simbolismo de la enseña nacional.
El Árbol Nacional:
La Palma Real, cuyo
nombre científico es Roystonea Regia O.F. Cook, es reconocida por los cubanos
como la reina de los campos por la majestuosidad de su estructura, por su
peculiar talla, por la utilidad que reporta y por ser, además, el más numeroso
de los árboles de la Isla.
Pertenece a la
familia de las palmáceas. Es un árbol elevado, erecto, que alcanza generalmente
entre cuarenta y cincuenta pies de altura, coronado por un bellísimo penacho de
hojas pinnatisectas, capaz de suscitar tal admiración que muchos poetas y
músicos han cantado a su elegancia. Florece -y crecen sus frutos- durante casi
todo el año y desde tiempos inmemoriales fue utilizada, primero por los
aborígenes y más tarde por los campesinos cubanos, para satisfacer algunas de
sus necesidades más vitales, desde la comida para los animales de crianza hasta
la madera para la construcción de las casas y las hojas para cubrir sus techos.
Su gallarda presencia
en el Escudo Nacional representa la libertad e independencia de la joven
república cubana, símbolo de la lozanía y feracidad de su privilegiado suelo, al
mismo tiempo que el más útil de sus árboles. No es exclusiva de Cuba.
LA BAYAMESA
( Artículo de María Argelia Vizcaíno,
LIBRE, Miami, FL, Año XXXIII, Viernes 17 de Abril de 1998, No 1152 )
Música : La Bayamesa de Céspedes, Castillo y
Fornaris
Por los años 1851 vivía en la
calle El Salvador, en la ciudad de Bayamo, la señorita Luz Vázquez y Moreno
(quien fuera la cuñada de Perucho Figueredo el autor del Himno Nacional Cubano,
ya que era casado con su hermana gemela Isabel).
La bella Luz se casó con su
primo Francisco (Pancho ) Castillo y Moreno, coautor de la romántica y famosa
serenata junto a Carlos Manuel de Céspedes (El Padre de la Patria para los
cubanos) y José Fornaris; fueron los orgullosos padres de Pompeyo, Francisco,
Heliodoro, Atala, Leonela, Lucila, y Adriana, esta última integró el coro de
señoritas que en la Plaza Mayor de Bayamo entonaron por primera vez el Himno
Nacional Cubano, cuando se juró y se bendijo la bandera de Yara, y también fue
la valerosa joven en que Perucho confió las mas peligrosas misiones.
La hermosa Luz Vázquez, que
llenó de poesía a Bayamo, se crió en el linaje y sin embargo, odiaba la
esclavitud, dedicándose desde muy temprano al clandestinaje, formando a sus
hijos entre conspiraciones y preparativos para la guerra emancipadora.
La heroica ciudad de Bayamo, la
primera ciudad libre de Cuba, se vio obligada a ser incendiada por sus hijos
antes de ser entregada a los españoles nuevamente, y la propia mano de Luz
Vázquez prendió su regia mansión, y bajo las llamas, se fue al monte junto a sus
hijos, dejando atrás desolación y miseria en lo que fue una ciudad culta y
hermosa, pero la libertad de la patria bien merecía ese sacrificio.
Fueron tenazmente perseguidos
hasta que las tropas del Conde Valmaseda las apresaron en un miserable bohío, ni
siquiera respetaron que dos de sus hijas estaban gravemente enfermas ( Lucía con
Tuberculosis y Adriana con Tifus; Leonela y Atala tampoco se encontraban bien ),
para trasladarlas a Bayamo, a una prisión domiciliaria, en lo que quedaba de
hogar después del fuego: la cochera que estaba al fondo ( que se conserva en la
actualidad ) y da para la calle que ahora se nombra Máximo Gómez.
Valmaseda envió al médico
militar de la Plaza a asistirlas, más la valiente Adriana no le permitió que se
le acercara gritando: "Yo soy revolucionaria... usted no puede asistirme" "Yo
soy revolucionaria... usted no puede asistirme", y se tapó los ojos para no ver
el uniforme enemigo de "rayadillo".
Aquella pobreza del aquel hogar en ruinas espantó al
doctor, quien insistió en hacer otra visita para poder tratar a las enfermas,
esta vez Adriana lo recibió milagrosamente de pie, aguantándose malamente de la
cabecera de la cama y con las notas del Himno Nacional Cubano en sus labios cayó
muerta, en los brazos de su madre acongojada.
Poco tiempo después, Luz Vázquez
y Moreno "La Bayamesa", hermosa, conspiradora, rebelde, aguerrida, termina con
su vida. Ya había perdido en combate a su hijo Francisco.
Antes de incendiar su casa había
enviudado y había muerto su hijo Pompeyo. Y la enfermedad de Lucila, además de
la de Adriana con su recién fallecimiento, junto a la desdicha de la patria y el
encierro, la acabó de consumir, como las llamas consumieron una vez la señorial
casona de ventanales con rejas que una noche de amor, la madrugada del 27 de
marzo de 1851, escuchara la serenata que conmovió su corazón.
LA BAYAMESA.
¿No te acuerdas gentil bayamesa,
Que tu fuiste mi sol refulgente
Y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No te acuerdas que en un tiempo dichoso
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé mi cabeza
Moribundo de dicha y amor?
Ven y asoma a tu reja sonriendo;
Ven y escucha amorosa mi canto;
Ven, no duermas acude a mi llanto;
Pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, las tristezas;
Y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.
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