Sin ambages
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Mas un instante de calma |
Petición de ayuda
Larga noche de insomnio pertinaz,
préstame tu fecunda inspiración,
la que otorgas a veces con fruición,
fruto maduro en mente capaz.
Pasan minutos y no estoy en paz;
¡qué lentas las ideas en acción!
¡qué parco se presenta el corazón,
tibio, medroso, sin su clara faz!
¿Alcanzaré la aurora del consuelo,
la que premia esfuerzos denodados
y concede la gloria de un gran cielo?
Ante mí tengo veinte mil soldados,
los libros y cuadernos de mi anhelo,
¡salvadme del dolor, mi bien amados!
Otoño nubloso
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Vuelven del trabajo
presto |
Un día de
lluvia
La lluvia me
encierra en casa |
Por mi tierra de
Castilla, |
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Una torre vigilante |
Invitación
Cerrada está mi ventana, atrancada para extraños, pero quiero que tú entres en el cuarto de los sueños de mi vida de poeta y me cuentas tus secretos como yo los míos narro.
Recítame tus vivencias sinceras de pensamiento, que yo lanzaré al viento para que alcancen tu frente mil poesías de mi mente que aguardan tu complacencia.
Triste te encuentro, mi amada, y de amores tiernos falta. ¿No será tu fantasía la que busca la ordalía de la desgracia buscada? |
Busco ofrecerte con calma en mi sala de los cuentos odas de amores a cientos, mas si no me otorgas tu alma se pierden todos míos versos en el mundo de los vientos.
Entra en mi oscuro rincón donde fabrico locuras de cien historias maduras plenas de sobria intención.
Rompe el dintel de mi puerta, que su madera es muy floja. Basta que aprietes su hoja para que quede entreabierta mi habitación de ilusión.
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Disputas de novios
- El novio-
Ahora que ya no me oyes me quisieras escuchar, reclinada tu cabeza entre flores de azahar, una mano que acaricia y la izquierda en un rosal.
Son los sueños que ahuyentaste al tratarme con desdén cuando cerca me tenías en una estación del tren; tú, destino a Salamanca, viajando yo a Bailén.
Los dos trenes demoraron su salida original. Dos horas les esperamos con disgusto y ansiedad, y tú te enfadaste tanto que me diste un recital.
De quejas y de reproches y motivos de rencor sin concederme un momento para mostrarte mejor ese mi gran sentimiento de impaciencia y de ardor.
Te despediste muy fría al dejar aquel andén. Sólo dijiste contenta: ¡ ya me puedo ir, qué bien! subiendo las escaleras a velocidad de cien. |
- La novia-
Perdona si te replico tus falsas acusaciones carentes de fundamento y plenas de sinrazones. Reconoce que tú sueñas por sentir mis achuchones. Yo te confieso sincera que deseo tus abrazos. Pero quien se mostró zafio en su hablar de duro trazo fuiste tú en tu impaciencia por apretarme los brazos.
Recapacita, te ruego, y no te enfades conmigo, que dispuesta yo me hallo para volverme contigo, superado este disgusto, como muy buenos amigos.
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Súplica
Acuérdate de mí, amada Musa, la del nombre de amor, graciosa Erato. Envuélveme una vez en arrebato de poética embriaguez con voz difusa.
El soplo de los dioses por ti se acusa en el hombre o mujer que en este rato a tus dones graciosos no es ingrato dejándose llevar por chispa ilusa.
Otorgas a quien quieres, bella Erato, la rima de tus versos, la fragancia del dulce pensamiento, la cadencia del ritmo acompasado en las estrofas.
Concédeme pues tal don, suave y grato, para poder cantar sin miedo a mofas las bellezas tranquilas de tu gracia, los destellos vibrantes de tu encanto.
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Ulises 3
Perdida su barca está entre brumas solitarias; frías, densas, angustiosas. La ola que viene y va pronuncia palabras varias de amenazas tormentosas.
Solo está, no ve nada, gris sobre gris, el vacío, ÿ un silencio total que ronda la madrugada. Siente gran temor y frío en el rincón abisal.
Pasan las horas despacio mas al fin él ve brillar, de vez en cuando un momento, la farola de un palacio constrüido sobre el mar. Es la mansión del aliento.
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Una chispa de esperanza se abre camino en su mente. Podrá alcanzar el puerto si con brío y confianza atraviesa muy valiente las gasas color de muerto.
No lo dudes, marinero, la costa no está muy lejos. Sal de la trampa traidora, dedícate por entero a sortear males viejos de eficacia turbadora.
Ganó Ulises la partida salvando barca y vida.
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Abstracción en lo bello
Abstraerme, no hacer caso, ser sordo y ciego con ello, lo superfluo y baladí. Y concentrarme justo aquí para darle un buen repaso al jardín florido y bello.
Mucha gente criticona saca defectos a cientos cual si fuere su tarea, “La losa se balancea, faltan fuentes en la zona, los trabajos van muy lentos”
De los pájaros escucho miles de alegres piares; gozo de tranquilidad entre tanta soledad; disfruto por tanto mucho contemplando los pinares. |
También en la vida debo rehuir enfados necios que no resuelven problemas sino que son los emblemas de cerebros poco recios que se engañan con placebo.
Oigo el tráfico rodante mas no escucho tales ruidos, enfrascado como estoy en la mañana de hoy, por la belleza pujante de los macizos henchidos.
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Acuarela con almendros
Cercana ya primavera dan sus flores los almendros. Su color blanco morado se combina con el prado que sustenta sus raíces.
Con tu visión me bendices, parque sereno y tranquilo. ¡Qué agradables son tus vistas, obsequio para ärtistas, invitación de acuarela!
Naturaleza desvela sus conocidos prodigios. Durante varias semanas disfrutaremos con ganas la magia de los colores.
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No me causa sinsabores la brevedad de este cuadro. Aprovecharé el momento para disfrutar sin tiento de esta pintura genial.
Es un ambiente cordial lo que me ofrece el jardín. Almendros, pinos y césped me saludan como huésped deseándome gustosos sentimientos venturosos.
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Insomnio feliz
¿Qué quieres, Noche, de mí? Tu silenciosa llamada me arranca del dulce lecho para velar junto a ti en mi habitación sagrada con ánimo satisfecho y sin rencor aparente.
Tengo el tiempo suficiente para interpretar al piano, escuchar discos y cintas, leer con calma paciente, escribir de propia mano unas historias sucintas y algún que otro lindo verso.
Hë ahí mi üniverso en las tardes y mañanas. Pero hoy no tengo sueño, como si fuera el reverso de unas horas circasianas que se quedasen sin dueño y reclamaran un amo.
Como tal ser os reclamo y ordeno que me inspiréis cantos de serenidad donde doncella con ramo me ofrezca de flores seis y alabanzas de verdad por mi buen comportamiento.
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Toman la lira con tiento mis bellas esclavas rubias, completamente desnudas, ejecutando el acento de tonalidades nubias mezcladas con las agudas de sus montaraces sierras.
¡Gloria, Alfonso, en las tierras donde florece tu genio! ¡Amo bondadoso y tierno, enemigo de las guerras! ¡Contigo firmó un convenio la Musa del amor eterno! ¡Te queremos, caro vate!
En esto, Morfeo late y me ensombrece la mente. Negras nubes oscurecen con un velo turbio y mate el cuerpo bello y turgente de Adelaida Turgarecen, mi odalisca preferida.
Y se me acaba la vida del ingenio prodigioso debiendo volver al lecho donde me duermo enseguida en profundo sueño hermoso, descansado y en barbecho.
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SensacionesTras días de intensas lluviasgozo de un sol generoso que me calienta y anima, me estimula y me fascina con sus imágenes rubias en un suelo esponjoso.
Hoy me siento más contento, menos triste y apagado, más propenso a la poesía, más feliz en este día. Noto surgir el aliento en mi pecho esperanzado.
Oigo ruidos de ciudad pero mi mente prescinde de su pasado reciente. No quiero ver a la gente pues prefiero soledad, aislado en mi propia linde. |
Influye con su energía el astro rey en mi älma. Ya me acaricia y me besa y su encanto que no cesa produce en mí tanta calma que estallaré de alegría.
¡Númenes de cielo y tierra, Musas, náyades y hadas, seguidme dando consuelo a través del sol sin velo que me lanza bocanadas de rayos en son de guerra ¡
Mas una guerra de amores
escoltando mis ardores. |