ACASO
a Estrella García
Acaso nos encontremos de nuevo |
Acaso volvamos a hablar a media voz |
EL ABRAZO
Me abrazo toda al pecho que me habita
en abatido choque voy rozando
toda esa piel que el calor va invocando
con el fuego del roce que palpita.
Nada lo suple y todo lo incita
la eternidad y el tiempo van flotando
en sudores que voy pulverizando
por todo el sentir que en silencio grita.
Me aferro a tus mares en gruesas olas
en aluvión de espumas relucientes
cuesta abajo nadando a tu costado
con álgidas alas haciendo aureolas
inmersa entre nubes venciendo puentes
risas y dolor, todo asimilado.
El SUEÑO ASTILLADO No hay peor ciego que el que no quiere ver... A Juan Antonio Montaraz
Ese sueño tan miope y fenecido al que vas abrazado ciegamente y en su furia de amor tan convincente redimió un argumento demolido.
Aferrado a un concepto ensombrecido de qué vale en la sombra a tu costado urgir ese fantasma mutilado que al reverso de él vive vencido?
Preso en esa agotada geografía se tornó su catarro en afonía y en un retórico dolor nublado.
Y ese amor fracasado y zozobrante que entre escombros se esconde sollozante sucumbe en la batalla pisoteado. |
LA PALMA(Soneto a Cuba)
Reposa allí la palma decorosa que se agita como una llamarada en medio de una inhóspita alborada exhibiendo su herida dolorosa.
Cuanto dolor asumes sigilosa cual frágil cabellera enmarañada que retoza en quimérica hondonada derramando su sangre vigorosa.
Agitarás tus alas indomables procurando penachos admirables para que nazcan lúcidos ramajes.
Laurearás tu bandera con nobleza esparciendo tu diáfana belleza ensalzando de nuevo los paisajes. |
Han de ser flores...
(alejandrinos)
fingiendo los espacios que anidan los gorriones
desvelando los sueños que dormitan desnudos
recostados al hombro de la oscilante almohada.
Y despertarme ausente ajena a las resacas
rindiéndome en el pecho que ofrece amaneceres
arropándome siempre sumida a las acacias
cobijada en la verde y sublime espesura.
Surgir airosamente con el libre albedrío
cribando en la floresta, gimiendo plenitudes
evocando jardines, coronando azucenas
despojada de lastres, pletórica y serena.
Ser la playa donde el mar se acerque derribado
prodigioso y cansado por emotivas olas
con el reclamo turbio de su azarosa furia
enardezca su orilla con salitres y arenas.