Marilú Capín

 

LLUVIA DE ENERO



Es Enero... y llueve,
llueve sin descanso;
es un pozo inmenso
cubierto de llanto.

Desde mi ventana
siento ese gemido
de la lluvia errante
despertando nidos.

Vuelan las palomas,
sus alas... mojadas
sacuden la brisa,
salpican las ramas.


 

El estanque lleva
gotas divertidas
que escurren siluetas
en aguas tranquilas.

Sigue esta armonía
tiñendo las horas
de melancolía.

Sanando asperezas,
mojando la piel,
sellando pasados
con gotas de miel.

 

SÚPLICA


    Se aleja ya esa amada silenciosa
que visita mis pasos sin destino,
regalando a mis horas de nostalgia
inquietudes y pródigos olvidos.
Ella llega rompiendo misteriosa
monótonos estíos,
recogiendo en su manto primoroso
inquietudes y místicos suspiros.

    Si me atrevo a mirarla en el espejo,
su perfil inocente y delicado
se escapa temeroso por parajes
anímicos y aislados.

    Si la encuentras en fugaces plenilunios
o en umbrales de lánguidos palacios,
recuérdale que aguardo su venida,
anhelante de asirla entre mis brazos.

    Que se acerque en puntillas para verla,
para amarla otra vez, en este ocaso.

 

 

- XX –


¿Cómo escribir poemas de buena nueva
si el mundo es un compendio de guerra y pena?
Los hombres olvidamos que hay un hermano
padeciendo miserias y abandonado...
Ya el egoísmo abrasa y en esta hoguera
la humanidad consume su larga espera.
Mas... ¿dónde encontrar al Niño, el Elegido...
descubrir Su mensaje de amor huido?...
De puntillas, ligeros, que en la montaña
hay un ángel que anuncia nuestra esperanza.
Los pastores descansan, pacen rebaños,
hay aroma de mieles, perfuman nardos.
En Belén ha nacido el Hijo amado,
que será por nosotros crucificado.
Tres Magos en Oriente vieron la estrella
y emprenden el camino que va a Judea.
Va amaneciendo, y aún las doncellas
se acicalan en fuentes de luna llena.
 

Mirad, en el arroyo saltan los peces,
los arados descansan, rompen las mieses.
Ya se adivina la luz serena,
la Virgen ya reposa de gracia llena,
y en un costado, su esposo amado,
va haciendo de este establo, rincón sagrado.
Llevémosle a este Niño nuestras tristezas,
dejemos a sus plantas, indiferencias.
Venid hermanos, no tengáis miedo,
que Sus ojos reflejan bondad y anhelos.
Hay un deseo oculto en Su mirada
que es perdón, y es amparo de madrugada.
Sus manos se desprenden cual azucenas,
oro son Sus cabellos, Sus labios, fresas,
Mágico instante, todo es silencio
la humanidad es lágrima. Su amor es beso.
Marchad despacio, ligero el paso,
repetid el mensaje: JESÚS HA VUELTO.

 

SEMBLANZA DE UNA ILUSIÓN


Y anunció su llegada con
colores de alba en playas
desiertas.

Y vivió entre nosotros
los minutos suficientes
para seguir creyendo
que amar, es un suspirar
del alma sin dolor.

Y se fue por remotas
distancias, sosegando
con su esencia azules añiles.

Y voló como sueño de gaviota
con sus plumas mojadas de sal
a parajes remotos pintados de paz.

 

- xx­

 

¿Cómo escribir poemas de buena nueva

si el mundo es un compendio de guerra y pena?

Los hombres olvidamos que hay un hermano

padeciendo miserias y abandonado...

Ya el egoísmo abrasa y en esta hoguera

la humanidad consume su larga espera.

Mas... ¿dónde encontrar al Niño, el Elegido...

descubrir Su mensaje de amor huido?...

De puntillas, ligeros, que en la montaña

hay un ángel que anuncia nuestra esperanza.

Los pastores descansan, pacen rebaños,

hay aroma de mieles, perfuman nardos.

En Belén ha nacido el Hijo amado,

que será por nosotros crucificado.

Tres Magos en Oriente vieron la estrella

y emprenden el camino que va a Judea.

Va amaneciendo, y aún las doncellas

se acicalan en fuentes de luna llena.

Mirad, en el arroyo saltan los peces,

los arados descansan, rompen las mieses.

Ya se adivina la luz serena,

la Virgen ya reposa de gracia llena,

y en un costado, su esposo amado,

va haciendo de este establo, rincón sagrado.

Llevémosle a este Niño nuestras tristezas,

dejemos a sus plantas, indiferencias.

Venid hermanos, no tengáis miedo,

que Sus ojos reflejan bondad y anhelos.

Hay un deseo oculto en Su mirada

que es perdón, y es amparo de madrugada.

Sus manos se desprenden cual azucenas,

oro son Sus cabellos, Sus labios, fresas.

Mágico instante, todo es silencio

la humanidad es lágrima. Su amor es beso.

Marchad despacio, ligero el paso,

repetid el mensaje: JESÚS HA VUELTO.

 

 

PLENITUD

 

En los claros senderos

que circundan el río

se agazapan los chopos

en espacios vacíos.

 

Y en los suaves reflejos

de sus cabellos rubios

las mieses trituraban

dorados plenilunios.

 

Qué noche tan sublime

rozada por la luna

con estrellas fugaces

prediciendo fortunas.

Y al rumor de la brisa

el jardín se hizo fuente

y eran aguas tranquilas,

cadenciosas, silentes…

 

Qué inocencia primera

en los lentos caminos…

tal parece que un beso

se transforma en suspiro.

 

Y en remotos linderos

aún abrazan el río

los chopos escondidos

en rincones vacíos.

 

 

 

 

A MIS DOS NIETAS

 

Pequeñas sus manos

pequeños sus besos,

sus ojos brillantes

dos soles que alumbran

mis días de invierno…

Que acortan distancias

y ponen barreras

a mis sinsabores

con suspiros presos.

  

¡Qué puros sus labios,

sus voces risueñas

son rosas y velas

formando arco-iris

a mis primaveras!

 

 

Pequeñas sus manos

pequeños sus besos

y son dos tiranas

que me tienen presa

por esos senderos

de sus intereses

y sus peripecias.