EL ARTE: Célula Viviente
LEYENDA
Un renombrado guerrero, envió a su caballo blanco a un combate del cielo, para que ayudara en necesarios traslados. Regresó a poco lapso deslumbrado. En la estadía celeste, había caído sin cesar un hilo grueso y a veces delgado. Hubo que enseñarle que nadie estaba hilando, y se nombraba ¡lluvia! lo que había contemplado. — ¿Tu nombre, corcel?— Preguntó el caballerizo. Respondió: ARTE. |
El arte es una célula viviente, nace con el hombre.
A través del tiempo, va expresando mensajes y significados; grandeza y tragedia, por eso sufre mutaciones y mientras el mundo gire, las seguirá experimentando.
Sus alegorías identifican épocas y sus conceptos perceptivos oscilarán, de lo natural a lo sobrenatural, de lo racional a lo irracional y de lo figurativo a lo abstracto.
De esta forma va representando movimientos, evoluciones, y plasmándose en las realidades de la vida.
En cada instante está su sello.
No puede ser de otro modo, ya que el universo es una energía constante.
Los instrumentos que utiliza son de comunicación persistente y actuales.
Así debe ser, de lo contrario, el artista sería prisionero de medidas antiguas, de rituales fantasmas, y terminaría anulándose en el horizonte de una memoria.
El deseo de inmortalidad, convierte al arte en la razón de transmitirse Como durable fuerza, empleando síntomas que inevitablemente se proyectan en continuidad, en resurrección concreta.
¿Qué es el arte?
UNA HUELLA MARCADA.
Un presente siempre abierto, donde la metáfora que deja el hombre es la fuente de sus pasos. Porque nada sale de la nada, porque todo tiene su causa.
Mientras el ser sea la distancia de las cosas, el arte será el límite de los límites, la respuesta de las respuestas.
Carmen Hebe Tanco