LA FICHA

 

Nombre: sin nombre ni apellidos.

Edad: diecinueve siglos de infortunio grabados a fuego en cada poro marchito de su cuerpo desnutrido.

Sexo: desconsuelo.

Raza: impotencia.

Estado civil: desamparo.

Domicilio: sombra y vacío.

Sintomatología: Acurrucada en su redonda cárcel de luna, ahíta de madrugada insomne y de perplejidades inoportunas, musita incansablemente la inacabable letanía misteriosa e incomprensible que le llena la garganta y le sube a la boca y le rebosa los labios entre sonidos -¿o quejidos?- incoherentes. No parece sentir hambre ni sed ni cansancio ni frío, en una increíble catalepsia de los sentidos. Así la encontramos ayer, abrazada a sus piernas desnudas, en­vuelta en la cálida hediondez nauseabunda de mugre y heces, mirando sin ver...

Diagnóstico: Síndrome de desesperación deshumanizadora irreversible.

Pronóstico: muy grave.

Tratamiento: piedad intravenosa.

Posología: administrar mezclada con amor, gota a gota, a razón de un universo por minuto.

Observaciones: Ostensible involución pau­latina por metás­tasis generalizada de la patogenia. Resulta científicamente inquietante la constatación de la esencia eminentemente epidémica de esta patología, dada la multiplicación fulminante de casos. Se recomienda el aislamiento absoluto de todos los pacientes con esta sintomatología y emprender de inmediato campaña de aplicación de vacuna preventiva.

 

Firmado:

          El Jefe de Equipo Médico

          Departamento de Infecciosos (9 de abril de 2000)

 

Eliana Onetti

 

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