MAHAMUD
Este nombre me fascinó cuando lo escuché por casualidad, así que me puse a
investigar donde quedaba, y descubrí que podía visitarlo haciendo un itinerario
muy interesante, pues podía llegar a Santa María. del Campo y visitar su
Colegiata de estilo neoclásico, diseñada por Diego Gil de Silohe sobre las bases
de una iglesia románica donde observamos pinturas de Berruguete. También a Lerma
donde comeríamos y visitaríamos otros monumentos antes de regresar a Madrid.
Mahamud está en la provincia de Burgos y sus orígenes son un poco confusos. Su nombre suena a mozárabe, quienes seguramente fueron sus repobladores en el siglo X. Pasó a pertenecer al obispado de Burgos en el siglo XI (1075) y siempre estuvo ligado a la Corona, excepto cuando fue donado por Juan I al monasterio de Santa María de Nájera o su venta al Duque de Lerma.
La calzada romana que va desde Clunia a Cantabria pasaba muy cerca de Mahamud, cruzando el río Arlanza por el puente de Trajano en Tordomar.
El hecho más relevante de Mahamud fue quizás la imposición del Capelo Cardenalicio a Cisneros, regente de Juana la Loca. Toda la corte del Reino de Castilla se encontraba en Santa María del Campo, en el famoso viaje funerario de Juana con el cadáver de su joven esposo Felipe el Hermoso, y no queriendo juergas ni boatos, manda que se le imponga el “Capello” (un pequeño gorrito) en la “cercana Mahamud”. ¿Será por eso que se les llama Gorretes?
Al llegar a Mahamud entramos por el arco de Santa María y observamos la enorme
importancia y grandeza de este pueblo. Sus calles están llenas de casas
señoriales con escudos y blasones. Todas nos conducen a su enorme y magnifica
plaza, centro geográfico y social del pueblo. En esta plaza está situado el
Ayuntamiento de fachada renacentista con amplias arcadas. Está rodeada de casas
simétricas y una hermosa iglesia, San Miguel de Mahamud, que nos produce gran
impacto. Tiene tres naves protogóticas del siglo XIII y un crucero amplísimo con
su ábside del s. XV, preciosas columnas, capiteles y bóvedas dignas de
admiración.
Encontramos 10 retablos de distintas épocas y estilos.
El retablo Mayor es obra de Domingo de Amberes, dorado y estofado por Juan de Cea II. Tallistas renombrados hacen un conjunto con sus cinco calles verticales y cuatro horizontales, rematados por un calvario impresionante.
El retablo de San Juan es plateresco con unos altos relieves del bautismo y el descendimiento de Jesús. Son dignos de nombrar los retablos renacentistas de Santiago y San Martín, traídos de ermitas desaparecidas. También observamos retablos barrocos o churriguerescos, como el del Rosario y los de San José y Santa Bárbara, abrazando las columnas del crucero.
El púlpito es gótico-mudéjar, signo de la enorme influencia mora. Los sepulcros renacentistas van salpicando las pequeñas capillas funerarias.
Esta iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1983.
Una vez hecho el recorrido de Mahamud, continuamos viaje a Lerma donde después de comer iniciamos nuestro recorrido en la antigua plaza de la villa, núcleo medieval, con soportales y la Parroquia de San Juan convertida hoy en ermita-museo de “La Piedad”, con sus calles típicas como “La Paloma”, “Sta. Caliopa” y “José Zorrilla”, donde éste poseía una casa que aún hoy se conserva.
En la Plaza Mayor, en origen porticada, tiene 6.892 metros cuadrados. Observamos en la parte norte el pasadizo ducal que llega hasta la Colegiata. El resto estaba cerrado con casas de nobles cercanos al Duque de Lerma. En esta plaza se celebraban solemnes fiestas Cortesanas en el siglo XVII.
El Palacio Ducal fue realizado por Francisco de Mora (1601-1617) absorbiendo el primitivo castillo medieval. Es de estilo Herreriano como todo el conjunto histórico artístico de la Villa de Lerma. Fue aposento de la Corte en el siglo XVII, y en la actualidad es un Parador de Turismo.
Hay tres conventos habitados por monjas de clausura:
El Convento de la Ascensión de Nuestro Señor (1604-1610, habitado por monjas Franciscanas Clarisas, fue la primera fundación conventual de Lerma realizada por el Duque de Uceda, hijo del Duque de Lerma. Aquí vimos un Cristo Yacente de Gregorio Fernández de 1606.
El convento de San Blas (1613-1617), habitado en la actualidad por monjas Dominicas, fue diseñado por Francisco de Mora y construído por Fray Alberto de la Madre de Dios. El retablo es de Juan Gómez de Mora y tiene pinturas de Pedro Antonio Vidal.
El Monasterio de la Madre de Dios (1608-1610), habitado por monjas Carmelitas Descalzas, tiene fachada del mismo estilo que todo el conjunto Histórico-Artístico de la Villa de Lerma.
La Ermita del Humilladero es la única que aún se conserva de las siete creadas por el Duque de Lerma.
El puente Medieval es uno de los vestigios medievales que se conservan en este lugar.
El Arco de la Cárcel es medieval y está flanqueado por los cubos defensivos con saeteras. Es el único vestigio de la Lerma amurallada.
La Iglesia Colegial de San Pedro (1613-1617) tiene planta de tres naves con girola y sin crucero. El Retablo original y la sillería del coro fueron trazados por Juan Gómez de Mora. Es notable por su belleza la estatua orante en bronce de D. Cristóbal de Rojas y Sandoval, Arzobispo de Sevilla, obra de Juan de Arfe y Lésmes Fernández del Moral. En la sacristía vemos una mesa taraceada, regalo del Papa Paulo V, el calvario de 1601 y algunos cuadros donados por el Duque de Lerma.
En la Plaza de Santa Clara descansan los restos de D. Jerónimo Merino Cob, “El Cura Merino”, famoso guerrillero en la Guerra de la Independencia.
Al fondo de esta plaza se encuentra el Mirador de los Arcos, pasadizo volado sobre arquería desde la que se contempla una espectacular panorámica de la “Vega del Río Arlanza”.
Regresé a Madrid satisfecha de mi visita a Lerma, y sobre todo por haber conocido el encanto de Mahamud, que ese día me transportó a otra época dejándome conocer un poco de su historia.
Ma. Manuela Septién