De la obra martiana

Colaboraciones

 

 

José Martí, Apóstol de Cuba

 

 

    José Julián Martí y Pérez nace un 28 de enero de 1853.

Padres: Mariano y Pilar, valenciano y tinerfeña respectivamente

 

     

Mentor y padre espiritual: Rafael María Mendive        Amigo dilecto: Fermín Valdés Domínguez

 

    Maestro y apóstol, es figura que trasciende fronteras y se hace universal. ¿Por qué? Porque:

1.- Siendo hijo de españoles, se siente cubano.

2.- Es hombre paradójico: sencillo, modesto y frágil en lo personal; pero orgulloso, seguro de sí, obstinado y avasallador en cuanto se refiere a la consecución de su ideal: ¿Cuál es su ideal? El decoro del hombre. Por eso dijo que "libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y hablar sin hipocresía."  Y dijo también que "Un hombre que se conforma con obedecer leyes injustas y permite que le pisen el país en que nació los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado... En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Ésos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En estos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana"

 

    Martí es poeta nato: Hasta cuando escribe en prosa es Martí poeta que trata de obtener y obtiene la comunicación intensa, veraz y directa de lo más profundo de su ser. Es ardiente y arrollador como una lengua de lava.

    Desde niño, le brota el verso. Sus primeros versos:

 

 

A mi madre

 

Madre del alma, madre querida,

son tus natales, quiero cantar;

porque mi alma, de amor henchida,

aunque muy joven, nunca se olvida

de la que vida me hubo de dar.

 

Pasan los años, vuelan las horas

que yo a tu lado  no siento ir,

por tus caricias arrobadoras

y las miradas tan seductoras

que hacen mi pecho fuerte latir.

 

A Dios yo pido constantemente

para mis padres vida inmortal;

porque es muy grato, sobre la frente

sentir el goce de un beso ardiente

que de otra boca nunca es igual.

 


 

    Cuando Martí tenía 15 años, escribió:

 

10 de Octubre de 1868


 

No es un sueño, es verdad: grito de guerra

lanza el cubano pueblo, enfurecido;

el pueblo que tres siglos ha sufrido

cuanto de negro la opresión encierra.

 

Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,

ruge el cañón, y al bélico estampido,

el bárbaro opresor, estremecido,

gime, solloza, y tímido se aterra.

De su fuerza y heroica valentía

tumbas los campos son, y su grandeza

degrada y mancha horrible cobardía.

 

Gracias a Dios que ¡al fin con entereza

rompe Cuba el dogal que la oprimía

y altiva y libre yergue la cabeza!


    En 1869, con 16 años, escribe una  carta a Carlos de Castro que firman él y Fermín Valdés Domínguez.  Él asume y reivindica su destino y es condenado a trabajos forzados. Al dorso de una foto con uniforme de presidiario, escribe estos versos:

 

 

 

 

 

A Fermín Valdés Domínguez

 

Hermano de dolor, no mires nunca

en mí al esclavo que cobarde llora;

ve la imagen robusta de mi alma

y la página bella de mi historia.

 

                                        I Brigada -113

 En la misma fecha, al dorso de foto similar, dice a su madre:

 

Mírame, madre, y por tu amor no llores:

si esclavo de mi edad y mis doctrinas,

tu mártir corazón llené de espinas,

piensa que nacen entre espinas flores.

 

 

  


 

Desterrado en Madrid, y enfermo, da rienda suelta a su impotencia y a su convicción patriótica  cuando se entera del fusilamiento de los estudiantes de Medicina:

A mis hermanos muertos el 27 de noviembre (Madrid, 1872)

 

Cadáveres amados los que un día

ensueños fuisteis de la patria mía,

¡arrojad, arrojad sobre mi frente

polvo de vuestros huesos carcomidos!

¡Tocad mi corazón con vuestras manos!

¡Gemid a mis oídos!

¡Cada uno ha de ser de mis gemidos

lágrimas de uno más de los tiranos!

¡Andad a mi redor; vagad en tanto

que mi ser vuestro espíritu recibe,

y dadme de las tumbas el espanto,

que es poco ya para llorar el llanto

cuando en infame esclavitud se vive!

¡Déspota, mira aquí cómo tu ciego

anhelo ansioso contra ti conspira:

Mira tu afán y tu impotencia, y luego

ese cadáver que venciste mira,

que murió con un himno en la garganta,

que entre tus brazos mutilado expira

y en brazos de la gloria se levanta!

No vacile tu mano vengadora;

no te pare el que gime ni el que llora;

¡Mata, déspota, mata!

¡Para el que muere a tu furor impío,

el cielo se abre, el mundo se dilata!

 

 

    El hombre, ansioso de seno caliente de mujer, es voluptuoso y romántico, pero nunca morboso. Y siempre, por encima de sus apetencias, está el sentido del decoro, de la dignidad, del bien y del mal.

 

Blanca de Montalvo le inspiró estos versos sencillos:

 

Para Aragón, en España,

tengo yo en mi corazón

un lugar todo Aragón:

franco, fiero, fiel, sin saña.

Si quiere un tonto saber

por qué lo tengo, le digo

que allí tuve un buen amigo;

que allí quise a una mujer.

 

Rosario de la Peña fue musa inspiradora a quien decía:

 

En ti pensaba yo, y en tus cabellos

que el mundo de la sombra envidiaría.

Y puse un punto de mi vida en ellos

y quise yo soñar que tú eras mía.

 

Ando yo por la tierra con los ojos

alzados -¡oh, mi afán!- a tanta altura,

que en ira altiva o míseros sonrojos

encendiólos la humana criatura..

 

Vivir: saber morir; así me aqueja

este infausto buscar, este bien fiero,

y todo el ser en mi alma se refleja,

y buscando sin fe, de fe me muero.

 


 

A Concha Padilla le suplicaba:

 

 Sé, mujer, para mí, como paloma

sin ala negra:

Bajo tus alas mi existencia amparo:

¡No la ennegrezcas!

Así decía de María García Granados:

 

Ésa que ves, la del amor dormido

en la mirada espléndida y suave,

es un jazmín de Arabia comprimido

en voz de cielo y en contorno de ave.

   

    Tuvo mucha ternura para Carmen Zayas Bazán:

 

 

 

Es tan bella mi Carmen, es tan bella,

que si el cielo la atmósfera vacía

dejase de su luz, dice una estrella

que en el alma de Carmen la hallaría.

 

   

 

 

 

    En poesía vierte pensamiento patrio o filosófico; sentimiento o experiencia personal; vivencias de todo tipo toman cuerpo en su poesía:


 

Verso, nos hablan de un Dios

a donde van los difuntos.

Verso, o nos condenan juntos

o nos salvamos los dos.

 

Cesto de mimbre


 

Tengo yo en mi mesa un cestecillo

de mimbre de un mimbral muy afamado,

no, cual otros, con cintas y adornado,

sino, cual yo, sin lazos y sencillo.

 

Cuanto me cansa o sobra encuentra puesto

en mi cesto de mimbre: allí va cuanto

me indigna o me repugna o causa espanto:

¡Cartas necias y fe, todo va al cesto!

 

Pero tengo en el pecho, entretejido

como en la tierra una raíz, un triste

amor que todo el pecho me ha comido,

y que a entrar en el cesto se resiste.

 

    Yugo y Estrella define su ideario:

 

Yugo y Estrella

 

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:

"Flor de mi seno, Homagno generoso,

de mí y de la Creación suma y reflejo,

pez que en ave y corcel y hombre se torna,

mira estas dos, que con dolor te brindo,

insignias de la vida: ve y escoge.

 

Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza.

Hace de manso buey, y como presta

servicio a los señores, duerme en paja

caliente, y tiene rica y ancha avena.

Ésta, oh misterio que de mí naciste,

cual la cumbre nació de la montaña,

ésta, que alumbra y mata, es una estrella.

Como que riega luz, los pecadores

huyen de quien la lleva, y en la vida,

cual un monstruo de crímenes cargado,

todo el que lleva luz se queda solo.

Pero el hombre que al buey sin pena imita,

buey vuelve a ser, y en apagado bruto

la escala universal de nuevo empieza.

¡El que la estrella sin temor se ciñe,

como que crea, crece!

Cuando al mundo

de su copa el licor vació ya el vivo;

cuando, para manjar de la sangrienta

fiesta humana, sacó contento y grave

su propio corazón, cuando a los vientos

de norte y sur virtió su voz sagrada,

la estrella como un manto, en luz lo envuelve,

se enciende como a fiesta el aire claro.

¡Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,

se oye que un paso más sube en la sombra".

 

–Dame el yugo, oh mi madre, de manera

que puesto en él de pie, luzca en mi frente

mejor la estrella que ilumina y mata.

 

 

 

   Existe en él una obsesión por la pureza del ser humano, que no cede  ni siquiera ante el amor del padre por su bien amado hijo:

Mi reyecillo

 

Los persas tienen

un rey sombrío;

los hunos foscos

un rey altivo;

un rey ameno

tienen los íberos;

rey tiene el hombre,

rey amarillo:

¡mal van los hombres

con su dominio!

Mas yo vasallo

de otro rey vivo,

un rey desnudo,

blanco y rollizo.

su cetro: un beso.

mi premio: un mimo.

¡Oh! cual los áureos

reyes divinos

de tierras muertas,

de pueblos idos,

cuando te vayas,

llévame, hijo.

toca en mi frente

tu cetro omnímodo,

úngeme siervo,

siervo sumiso:

¡no he de cansarme

de verme ungido!.

Lealtad te juro,

mi reyecillo!

Sea mi espalda

pavés de mi hijo;

pasa en mis hombros

el mar sombrío:

muera al ponerte

en tierra vivo.

Mas si amar piensas

el amarillo

rey de los hombres,

¡muere conmigo!

¿Vivir impuro?

¡No vivas, hijo!


   
Martí, el patriota ambicioso dijo:
"Quisiera ser relámpago y cubrirlo todo: todo el deber; luego vendrán otros a la gloria".

    El visionario decía: "Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todos los demás, éste sería el bien que yo preferiría: Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre... O la República tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, o la República no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos".

    El Apóstol, predijo: "Yo evoqué la guerra: mi responsabilidad comienza con ella en vez de acabar. Para mí la Patria no será nunca triunfo, sino agonía y deber. Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto y sentido humano al sacrificio. Hay que hacer viable e inexpugnable la guerra. Mi porvenir es como la luz del carbón blanco, que se quema para iluminar alrededor. Siento que jamás acabarán mis luchas. Yo voy a morir... Me matarán de bala o de maldades.

 

    De la obra martiana hablaremos aquí con todo el amor, el respeto y el orgullo que nos ensanchan el pecho de satisfacción por haber nacido, como él, cubanos; de amargura, porque constatamos que, verdaderamente, Martí murió... de bala, el 19 de mayo de 1895; de maldades, ha muerto y muere todos los días, como Jesús.

 

Eliana Onetti

 

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