La bandera de la estrella solitaria
"Martí, siempre solo en su grandeza"
"Etapas martianas en el teatro"
"La Edad de Oro y la literatura infantil en José Martí"
"Martí novelista"
María Gómez Carbonell, Cuba, "José Martí y la Naturaleza"
MarcoAntonio Landa, Cuba, "Sentido trascendente de la actitud martiana"
Eliana Onetti, Cuba, "Recordando a Martí"
"20 de Mayo de 1902"
"Carta de Cuba"
"Aviso de navegantes"
Manuel de la Puebla, Puerto Rico, "La poesía de Martí. Martí en la poesía"
Otto Rodríguez Viamonte, Cuba, "Un retrato inédito de José Martí"
Roberto Soto, Cuba, "La Ley Libertad de 1996"
"El régimen cubano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos"
"Reflexiones sobre Cuba Republicana (1902-2002)"
"On Compensation of Property"
Juan Suárez, "Tributo al Apóstol"
Rafael R. Vidal, (†), Cuba, "Martí nuestro"
LAS TUMBAS TIENEN POR LENGUAJE LAS FLORES DE
RESURRECCION
(José Martí en el discurso: Los Pinos Nuevos)
Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
Cuando visita la tabaquería de Ibor City, allí
asevera:
“Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a
la dignidad plena del hombre”.
Aquel hombre de natural continente y rostro ennoblecido por el mucho saber y el
mucho dolor era “un hombre de sencillez y de ternura, que tiembla de pensar que
sus hermanos pudiesen caer en la política engañosa y autoritaria
de las malas republicas” tal como si él se pintara en carta a Jose Dolores Poyo.
El primer discurso en Tampa es de los mas inspirados de Marti; a las antologías
ha pasado como modelo de elocuencia y sentimiento patriótico. Pero en el del 27
de noviembre, conocido por LOS PINOS NUEVOS, aunque de tema distinto, alcanza la
misma grandeza emocional y literaria. Recuerda el orador el hecho luctuoso del
fusilamiento de los estudiante de Medicina en 1871, y comienza con este acento
sugeridor que predispone a lo alto y misterioso:
...”todo convida esta noche al silencio respetuoso mas que a las palabras: las
tumbas tienen por lenguaje las flores de resurrección que nacen sobre las
sepulturas; ni lagrimas pasajeras ni himnos de oficio son tributo propio a los
que con la luz de su muerte señalaron a la piedad humana soñolienta el impero de
la abominación y la codicia...”
“Otros lamenten la muerte necesaria; yo creo en ella como la almohada, y la
levadura, y el triunfo de la vida”
En una de las mas sentidas partes del discurso el Apóstol concentra la verdadera
esencia de su alma, esbozando las líneas de contienda sin odios ni rencores:
...¡Ni es de cubanos, ni lo será jamás, meterse en la sangre hasta la cintura, y
avivar con un haz de niños muertos, los crímenes del mundo: ni es de cubanos
vivir, como el chacal en la jaula, dándole vueltas al odio! Lo que anhelamos es
decir aquí con que amor entrañable, un amor como purificado y angélico, ...a
aquellas criaturas que el decoro levantó de un rayo hasta la sublimidad...
Durante la breve estancia en la ciudad floridana, Marti se inicia bajo los
auspicios de La Liga Patriótica Cubana por su reconocido patriotismo y por su
acendrado amor a Cuba por cuya independencia trabajaba. Ademas funda en iguales
circunstancias la Liga de Instrucción, -para los cubanos negros- semejante a la
que
laboraba hacia algún tiempo en New York. Pocas horas antes de partir, el pueblo
acude al Liceo Cubano a ofrecer su despedida al insigne orador, dándose lectura
a las Resoluciones, -primicias del Partido- siendo aprobadas por los fieles
servidores de la Patria que se hallaban presentes en tal ocasión.
El Yara, periódico de Cayo Hueso reseña los emotivos actos efectuados en Tampa.
Marti, testimoniándole su agradecimiento reitera:
“...es mi sueño que cada cubano sea hombre político enteramente libre, como
entiendo que el cubano del Cayo es, y obre en todos sus actos por sus simpatías
juiciosas y su elección independiente, sin que le venga de fuera de si el
influjo dañino de algún interés disimulado...”
Rumbo a New York, cansado físicamente pero con el corazón henchido de emoción,
siente que aun revoletea en su mente el final de aquel su discurso en
conmemoración a los estudiantes fusilados en 1871:
....”corría turbulento el arroyo cenagoso; las cañas, pocas y mustias, no mecían
su verdor quejosamente, como aquellas queridas por donde piden redención los que
las fecundaron con su muerte, sino se entraban, ásperas e hirsutas, como puñales
extranjeros, por el corazón: y en lo alto de las nubes desgarradas, un pino,
desafiando la tempestad, erguía entero, su copa. Rompió de pronto el sol sobre
un claro del bosque, y allí, al centelleo de la luz súbita, vi por sobre la
yerba amarillenta erguirse, en torno al tronco negro de los pinos caídos, los
racimos gozosos de los pinos nuevos: ¡Eso somos nosotros: pinos nuevos!